Page 40 - Boletín VeraCruz 2020
P. 40

SOLEDAD





                   ¡Que no tiene parangón,
              ni hay sombra que le haga sombra!.          Ni en el relente o poniente,
                                                         ni en otro altar, ni otra aurora,
                 Que no existirá otra imagen,             ni en más sagrario o retablo,
                   ni sol, ni luna, ni gloria,           ni en ningún lugar, ni en otra
                   comparable a la presencia             ciudad, pueblo, sitio o, acaso,
                   de su pena tan hermosa.                iglesia, templo o parroquia,
                                                          cuando la miras, de frente,
                   ¡Que no tiene parangón,                cuando, su llanto, te ahoga,
                  que nada iguala su forma!.              cuando la alcanzan tus ojos,
                                                          cuando le rezas o imploras,
                    Ni podrá imitar su cara,             cuando la sienten tus pálpitos,
                   su rostro de flor preciosa,             cuando la citas o evocas,
                   ni su pena, compungida,             cuando, en su frente, te muestras,
                   ni sus suspiros, su aroma,            cuando te mira y te asombra,
                    ni su mirada, perdida,                cuando la advierte tu alma,
                   ni el dolor, ni la congoja,           cuando tus labios la nombran,
                    de su pena, si te mira,              cuando la espejan tus lágrimas,
                 cuando la llamas o imploras.             o hasta se ahoga en tu boca,
                                                         tras los suspiros que alcanzan
                   ¡Que no tiene parangón,                   su pátina milagrosa,
                 ni hay dulzura más hermosa!.               por ese aire que atrapa,
                                                           y baña, cual dulce aroma,
                  Ni existe amor, más amado,              la congoja que, Ella misma,
                   que su claridad de aurora,               desde sus ojos, solloza.
                    ni más silente silencio,
                 que su rostro, cuando asoma               ¡Que no tiene parangón!.
                     a tus ojos derrotados,             ¡Que no hubo, ni habrá ya otra!.
                    o a tu alma y conforta               ¡Ni existe, acaso, otra estampa,
                   tus más inquietos pesares             ni imagen, en madera o roca,
                    desde su talla gloriosa,               capaz de hacerse presente
                  mirándote y consolándote,              con más bella o mejor forma!
                   buscándote, sin demora,
                    por acariciar tus llagas,                Por eso, bendita seas,
                  por quererte, si la nombras,              y bendita sea esa hora,
                 y así llevarte a su encuentro,           en que viniste a este mundo
                    para llenarte esas horas              y a este lugar, que te adora,
                  que no tienen mas consuelo               por darle fe a esa madera
                   que el de su luz luminosa.              en la que lloras, tan sola...


                   ¡Que no tiene parangón,                    Manuel Joaquín Gil Sevillano
                 ni en la tierra, ni en la gloria!.






         BOLETÍN INFORMATIVO VERA CRUZ          40                            Nº 6 - Año 2020
   35   36   37   38   39   40   41   42   43   44   45