Page 38 - Boletin VeraCruz 2015
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VERA CRUZ - Nº 1 CUARESMA 2015
NTRO. SEÑOR DE LA VERA+CRUZ Y EL SEÑOR DEL
SANTO ENTIERRO SEGÚN ALBERTO GERMÁN FRANCO
El pasado 7 de junio de 2013, el escultor y profesor Alberto Germán Franco Romero
defendía su tesis doctoral titulada “Antonio León Ortega: una imaginería concebida
como escultura” en la Universidad de Sevilla. Alberto, aunque nacido en Sevilla en
1970, estuvo viviendo en nuestra ciudad de Ayamonte hasta los diez años de edad. A
partir de entonces, su vida transcurriría a caballo entre la capital hispalense y la
localidad serrana de Aracena. Con dieciséis años, compaginó sus estudios de
bachillerato, con los de dibujo artístico en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla y
con diecisiete, ingresó en la facultad de Bellas Artes de Sevilla, licenciándose, por la
rama de escultura en el año 1.993. Desde el año 2010 Alberto es profesor asociado del
Departamento de Escultura e Historia de las Artes Plásticas de la Universidad de
Sevilla.
El conocimiento de Alberto sobre la vida y obra del imaginero ayamontino Antonio
León Ortega es elevado. Hace unos años en 1996 fue comisario de la Magna
Exposición dedicada al escultor Ortega, patrocinada por la Fundación El Monte y la
Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y celebrada en el Museo Provincial de
Huelva.
En la actualidad, gracias a su exhaustiva investigación podemos conocer nuevos datos
sobre dos de nuestros muy amados titulares.
La imagen del Cristo yacente es descrita por Alberto como una talla en la que la
cabeza descansa sobre un cojín, clavando la barbilla sobre el pectoral derecho y con un
gran mechón que en paralelo al brazo correspondiente, termina a la mitad del bíceps.
La cabeza da paso a un tórax vencido por la muerte en un arco epigástrico muy
cerrado, tras haber expirado el último hálito. La imagen cuenta con un sudario breve
con pocos pliegues que cubre las piernas hasta la mitad de los muslos. Finalmente,
estas se elevan hasta las rodillas, flexionadas unos 120º. Los pies se inclinan hacia
abajo conservando la postura de la clavazón en la cruz. En el rostro aparecen unos ojos
cerrados y una boca entreabierta, rezumando bastante amargura y sufrimiento con
multitud de regueros de sangre. La talla posee la peculiaridad de tener unos brazos que
según el profesor “parecen de un crucificado, pues se mantienen en supinación” y una
manos recogidas en torno a la zona de los clavos. Las piernas en cambio aparecen en
paralelo. “Los brazos son de enjuta y leve anatomía, mientras que el tórax y las piernas
se muestran más robustas y de una anatomía más marcada.
El origen del encargo de recomposición de la imagen del Cristo yacente en 1937 estaba
en la elevada amistad que el propio Ortega poseía con el cofrade ayamontino, de
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