Page 53 - Boletin VeraCruz 2016
P. 53

VERA CRUZ - Nº 2   CUARESMA 2016


                                                  ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE
                           LA ESCULTURA PROCESIONAL EN LA EDAD MODERNA

                   Los escritos de nuestros ascetas y místicos del Siglo de Oro persiguieron actuar sobre
                   sus  lectores,  excitándoles  sensorialmente  hasta  hacerles  experimentar  que  se
                   encontraban  ante  la  escena  o  acontecimiento  a  meditar,  y  todo  para  moverles  a
                   devoción.  Esta  vía  de  la  meditación  realista,  cuyos  verdaderos  creadores  fueron  los
                   franciscanos,  genera  una  suerte  de  imaginería  mental  que  alcanza  tintes  de  gran
                   intensidad dramática y expresiva cuando se trata de rememorar los pasos de la Pasión
                   de Cristo, en lo que fray Luis de Granada fue un auténtico maestro.

                   Para estos autores, el mundo sensorial es valorado no tanto por sí mismo, cuanto como
                   estímulo capaz de mover el alma hacia Dios. En este sentido, la plástica escultórica
                   jugará un protagonismo esencial para desatar en el devoto esa desbordante emoción
                   comunicativa que alcanza su cenit en los días de Semana Santa, durante las estaciones
                   de las cofradías de penitencia, cuando las imágenes que representan a Cristo en los
                   diferentes momentos de su pasión y muerte, y a la Virgen en sus dolores y soledad, se
                   encuentran  a  pie  de  calle  con  el  fiel  cristiano,  haciéndole  copartícipe  de  sus
                   padecimientos. Puede decirse que estas procesiones, acompañadas de disciplinantes,
                   fueron  un  instrumento  que  utilizó  la  Iglesia  con  una  intención  socio-religiosa,
                   adoctrinadora  y  propagandística,  dirigida  a  todos  los  estamentos  sociales,  para
                   recordarles  el  supremo  poder  de  la  religión  como  único  medio  de  salvación.  Esta
                   práctica  de  la  flagelación  pública,  tan  espectacular  como  cruenta,  fue  debidamente
                   alentada a través de los sermones cuaresmales, que reforzaban en la psicología de los
                   fieles  un  sentimiento  de  culpa  por  los  pecados  cometidos  y  el  temor  a  los  castigos
                   eternos, provocando su arrepentimiento y mortificación.

                   El  disciplinante,  en  toda  la  ferocidad  y  violencia  sanguinaria  que  le  imprime  su
                   proceder devocional, es fiel reflejo de Cristo en el paso de su flagelación, tal como es
                   descrito  por  los  literatos  y  predicadores  del  momento.  Igual  sucede  con  aquel  que
                   destroza  sus  hombros  al  portar  una  cruz,  imitando  a  Jesús  Nazareno  en  su  camino
                   hacia el Calvario. Y esa misma conmovedora impresión es la que tratan de transmitir
                   los escultores en las imágenes de temática pasionista que les son encargadas por las
                   cofradías  de  penitencia,  donde  a  medida  que  nos  adentremos  en  el  siglo  XVII  se
                   apuntará hacia un realismo más cruel, con una recreación morosa en los detalles de
                   dolor que se resaltan con vivos gestos de imploración, desmayo, tristeza y sufrimiento.

                   Aunque  existen  ilustres  precedentes  medievales,  la  imagen  mariana  de  vestir  se
                   consagra durante la Edad Moderna. Con el auge tomado por las cofradías de penitencia
                   bajo el reinado de Felipe II, se consolida la presencia de la Dolorosa que se concibe,
                   desde su origen, para ser vestida, contando con un cuerpo de candelero provisto de
                   brazos articulados, de manera que sólo se esculpen y encarnan el rostro y las manos. El

                                                           53
   48   49   50   51   52   53   54   55   56   57   58