Page 35 - 25 Aniversario Coronación Canónica - 475 Aniversario Fundacional
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probablemente la misma imagen que había procesionado el Viernes Santo, cambiaba su
      ropaje de luto para vestir de blanco. La presencia del Resucitado queda certificada por la
      cabeza conservada en el patrimonio de la hermandad y que viene atribuyéndose a Juan de
      Mesa.
            También  seguía  este  mismo  patrón  de  celebraciones  la  antigua  cofradía  de  Nuestra
      Señora  de  la  Soledad  de  Lepe.  En  su  proyecto  de  reglas  de  1751  –actualización  de  las
      anteriores  del  siglo  XVI–  se  prescribía  la  procesión  del  Viernes  Santo  con  la  Virgen
      Dolorosa y el Santo Entierro, precedida por el ritual del Descendimiento, ceremonia que,
      a  pesar  de  la  extinción  de  la  hermandad  en  fechas  muy  anteriores,  se  conservó  en  la
      localidad hasta 1936. Del arraigo de esta escenificación en la villa lepera es demostrativo
      el hecho de que se mencione en estas reglas, puesto que el acto estaba prohibido desde el
      sínodo de 1604. A pesar de ello, y a pesar de la enmienda emitida desde el arzobispado
      para  la  aprobación  de  las  reglas,  la  ceremonia  se  continuó  realizando.  También  hay
      constancia  en  Lepe  de  una  procesión  de  Resurrección  similar  a  la  documentada  en
      Ayamonte  y  en  otros  tantos  lugares  que  contaron  con  cofradías  soleanas,  y  también
      quedaba prescrito en las reglas que en ella figuraran “la imagen del Señor Resucitado y de
      Nuestra  Santísima  Señora  de  la  Soledad  vestida  de  blanco”.  Las  recientes  obras  de

      acondicionamiento del templo parroquial de Santo Domingo sacaron a la luz una muy
      deteriorada imagen de un Resucitado que con toda probabilidad corresponde al de esta
      cofradía. Con el paso del tiempo y el abandono de las costumbres antiguas, la procesión
      de  Resurrección  se  redujo  a  la  fórmula  actual:  una  breve  procesión  eucarística,  sin
      presencia de imagen mariana, donde el Resucitado está simbólicamente representado por
      el  Santo  Sacramento  bajo  palio.  La  desaparición  de  la  hermandad  de  la  Soledad,
      corporación  verdaderamente  nuclear  en  la  antigua  Semana  Santa  lepera,  dio  lugar  a
      cambios  profundos  que  hicieron  que  las  actuales  celebraciones  pasionistas  difieran
      notablemente de las formas que tuvieron en origen.
         En lo que respecta a otros lugares del marquesado, no dispongo en la actualidad de
      documentación completa sobre el tema. Permítaseme, no obstante, esbozar una breve y
      provisional reflexión basada no solo en la alta probabilidad de que el modelo corporativo
      soleano se haya reproducido miméticamente en las otras villas o lugares, sino también en
      la interpretación de los vestigios religiosos y antropológicos conservados. Me refiero a las

      celebraciones de Semana Santa vigentes en La Redondela y Villablanca, poblaciones que
      en la actualidad acentúan las festividades de Resurrección por encima de las propiamente
      penitenciales. Como se sabe, en La Redondela se celebra en la mañana de Resurrección la
      ancestral procesión del Huerto, centrada en un anacrónico encuentro entre el Niño Jesús


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